jueves, 22 de diciembre de 2011

¿Dios existe o es un Mito?




Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.


Nunca he dudado de la existencia de Dios, ni he pensado en lo más remoto que es un mito.  Es cierto que hay muchos que dudan de su existencia, y hay otros que creen que existe, pero cuando le piden cosas a Dios y no se le conceden reniegan de Él, y entonces hasta dicen: razón tenía aquella o aquel cuando me decían, que Dios era un mito. Lo cierto es que tenemos que ver las cosas que pedimos, a veces son cosas imposibles. Dicen que una vez un hombre siempre le pedía a Dios ganarse la lotería con insistencia. Cierto día San Pedro ya cansado de escuchar las suplicas de aquel hombre le dice al Señor que se compadeciera de el y le dejara ganar la lotería, y el Señor le dijo; bueno pero que por lo menos compre un billete.



Una cosa que tenemos que tener en cuenta es que muchas veces cuando Dios no nos da respuesta a nuestra suplicas, no es que Dios no exista o porque sea un mito, cuando Dios no nos quiere escucha, es porque en cantidad de ocasiones lo que estamos pidiendo no es lo que nos conviene y por eso es que Dios no nos contesta  y  muchas veces nos damos cuenta de eso más tarde, por lo menos a mi me ha pasado y se que a muchos de Ustedes también.
Les voy a contar una historia que llego a mis manos hace un tiempo y dice así: “Durante una conferencia con varios universitarios, un profesor de la Universidad de Berlín propuso un desafío a sus alumnos con la siguiente pregunta: ¿Dios creó todo lo que existe? Un alumno respondió, valientemente: Si, El lo creó todo. Pregunto de nuevo el profesor: ¿Dios realmente creó todo lo que existe? Sí señor, respondió el joven. Entonces el profesor respondió: Si Dios creó todo lo que existe, entonces Dios hiso el mal, ya que el mal existe. Y si establecemos que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces Dios es malo. El joven se calló frente a la respuesta del maestro, que feliz, se regocijaba de haber probado, una vez más, que Dios y la fe eran un mito. Otro estudiante levantó la mano y dijo: ¿Puedo hacerle una pregunta, profesor? Lógico, fue la respuesta del profesor. El joven se paró y pregunto: Profesor, ¿el frío existe? ¿Pero qué pregunta es esa? Lógico que existe, ¿o acaso nunca has sentido frio? El joven respondió, en realidad, señor, el frio no existe. Según las leyes de la física, lo que consideramos frio, en verdad es la ausencia de calor. Todo cuerpo u objeto es factible de estudio cuando posee o transmite energía, el calor es lo que hace que este cuerpo tenga o transmita energía. El cero absoluto es la ausencia total del calor, todos los cuerpos quedan inertes, incapaces de reaccionar, pero el frio no existe. Nosotros creamos esa definición para describir de qué manera nos sentimos cuando no tenemos calor. Y, ¿existe la oscuridad? Continuó el estudiante. El profesor respondió: Existe. El estudiante respondió: La oscuridad tampoco existe. La oscuridad, en realidad, es la ausencia de luz. La luz la podemos estudiar, la oscuridad, no. A través del prisma de Nichols, se puede descomponer la luz blanca en sus varios colores, con sus diferentes longitudes de ondas, La oscuridad, no. ¿Cómo se puede saber qué tan oscuro está un espacio determinado? Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio. La oscuridad es una definición utilizada por el hombre para describir qué ocurre cuando hay ausencia de luz. Finalmente, el joven pregunto al profesor: Señor, ¿El mal existe? El profesor respondió: Como afirme al inicio, vemos crímenes, violaciones, violencia en todo el mundo. Esas sosas del mal.
El estudiante respondió: El mal no existe. Señor, o por lo menos no existe por sí mismo.
El mal es simplemente la ausencia del bien. De conformidad con los anteriores casos, el mal es una definición que el hombre invento para describir la ausencia de Dios. Dios no creó el mal. El mal es el resultado de la ausencia de Dios en el corazón de los seres humanos. Es igual a lo que ocurre con el frio cuando no hay calor, o con la oscuridad cuando no hay luz. Entonces dígame profesor, exclamo el joven estudiante. ¿Dios existe o es un mito?
El joven fue aplaudido de pié, y  el maestro, moviendo la cabeza, permaneció en silencio. El profesor entonces se dirigió al joven estudiante y le preguntó: ¿Cuál es tu nombre?, y él le contesto, me llamo, Albert Einstein.
Yo, verdaderamente no tengo que convencer a nadie de la existencia de Dios, pues yo estoy convencido, ahora bien, si he visto que en los momentos difíciles que la vida trae, ante la muerte de un hijo de una madre o de un familiar cercano y querido todo recurren a Dios, por algo será.
Termino con el Versículo 20, de la Carta de San Pablo a los Romanos, Capitulo 1, y dice así: “Pues, aunque a Él no le podemos ver. Lo contemplamos al menos a través de sus obras, puesto que El hizo el mundo y por su creación entendemos que El es eterno y poderoso, y que es Dios”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.


jueves, 15 de diciembre de 2011

Las cinco cosas de las que nos arrepentimos antes de morir




La mayor parte de la gente que se enfrenta a una muerte inminente lamenta no haber vivido fiel a sus sentimientos

Día 14/12/2011 - 19.41h
Las cinco cosas de las que nos arrepentimos antes de morir
BITACORAS.COM
Muchas personas que han estado a punto de morir, ya sea por un accidente o por una grave enfermedad, suelen cambiar radicalmente su forma de vida una vez restablecidas. Aseguran que superar una situación cercana a la muerte equivale a nacer de nuevo y que no merece la pena vivir una vida que no les satisface.
Lejos de parecer un tópico, a la hora de hacer balance, una gran parte de la población mundial no está satisfecha con la vida que ha desarrollado. Según podemos leer en el blog de Javier Malonda, los motivos de esta insatisfacción, además, suelen ser casi siempre los mismos.
Esta bitácora recoge un artículo escrito por Bonnie Ware, una mujer que durante muchos años ha trabajado en una unidad de cuidados paliativos, atendiendo a enfermos terminales. Su trabajo, titulado “Regrets of the dying“, algo así como “Los lamentos de los moribundos”, recoge los cinco motivos más comunes de arrepentimiento de aquellos que están a punto de morir y que se ha encontrado a lo largo de su vida:
1.-"Desearía haber tenido el coraje de vivir una vida fiel a mí mismo, no la vida que otros esperaban de mí": Se trata del lamento más habitual de todo, ya que al hacer balance de su vida muchas personas descubren que no han llegado a cumplir una mínima parte de sus sueños. En muchas ocasiones, esto se debe a que optaron por hacer lo que creían que debían hacer, en lugar de lo que realmente querían.
2.-"Desearía no haber trabajado tan duro": Es el lamento más frecuente entre los pacientes de sexo masculino, que desearían haber pasado más tiempo junto a su familia viendo crecer a sus hijos, en lugar de en su puesto de trabajo.
3.-"Desearía haber tenido el coraje para expresar mis sentimientos": Aquellos que reprimieron sus sentimientos para no enfrentarse a quienes los rodeaban se lamentan de haberse conformado con vivir una existencia mediocre y amargada, en la que no eran ellos mismos.
4.-"Desearía haberme mantenido en contacto con mis amigos": Al igual que muchas personas se arrepienten de haber descuidado a sus familias, es muy frecuente lamentar no haber cuidado lo suficiente de aquellas amistades verdaderamente importantes. Lamentablemente, cuando se está muy cerca de la muerte es imposible recuperar el tiempo perdido.
5.-"Desearía haberme permitido ser más feliz": Se trata de un reproche sorprendentemente común que se hacen aquellas personas que prefirieron engañarse a sí mismos y continuar con unas existencias en las que ya no eran felices, en lugar de enfrentarse a su miedo a cambiar de vida.
Para quien está en su lecho de muerte, hacer balance sin pensar en lo que los demás puedan pensar de él, puede resultar un ejercicio muy frustrante. Para todos los que todavía están a tiempo de cambiar sus vidas, puede ser una buena forma de corregir lo necesario para, llegado el momento, morir satisfechos con su existencia.